Confituras, mermeladas y patés

Confitura o mermelada. Parecidas pero no iguales. La clave está en su procedimiento a la hora de cocinarla y sus propiedades. Para diferenciarlas, hay que centrarse en el método de elaboración y preparación de cada una. En el caso de mermelada casera, necesitaremos piezas de frutas entera, ya sea triturada o troceada. La calidad y el estado de la fruta es un factor importante, que esté en su punto justo de maduración para que aporten parte de su dulzor natural. Otro factor importante diferencial de una mermelada es añadir más de un 65 por ciento de fruta y un 35 por ciento de azúcar. La fruta se cuece en azúcar hasta conseguir una textura espesa donde aún se reconocen los trozos de fruta. El aroma, la textura y el sabor se conserva en la mermelada, disfrutando de la fruta en cualquier temporada del año.

Por otro lado la confitura se prepara con la piel o la pulpa de la fruta cocida en almíbar. Eso significa, que se necesita una mayor cantidad de azúcar y la textura será distinta, más gelatinosa. Necesita un contenido mínimo 35 por ciento de fruta, un 45 si hablamos de confitura extra. Hay que diferenciarla también de la jalea, donde la fruta se exprime con piel y pepitas y a ese zumo se le añade posteriormente agua con azúcar hasta obtener una salsa semi sólida, con aspecto de gel.

En resumen, las mayores diferencias entre la mermelada y la confitura están en su método de preparación, la cantidad de fruta que lleva cada una, su cantidad de azúcar, el estado de las frutas empleadas y su textura final.

Carrito de compra
Scroll al inicio